martes, 20 de agosto de 2013

TAPIA DE CASARIEGO

Es muy raro el verano que no voy al menos una vez a esta localidad del Noroeste asturiano, en este cumplí con la tradición el 4 de agosto, y espero volver en septiembre, prefiero esa época cuando ya no hay tanto turista y el pueblo va volviendo poco a poco a la normalidad.
 Con sus más de 2000 habitantes es capital de municipio, y se puede llegar hasta allí por la N-634 después de salir de la A-8. Es una pequeña villa de pescadores que cada vez está más enfocada al turismo.
Cuenta con cuatro playas, tres de ellas muy pequeñas (sobre todo dos), que se unen en una sola cuando la marea está baja. Las dos más grandes tienen chiringuito.



En la más grande (Playa de Anguileiro) es muy común ver a mucha gente practicando surf, deporte con gran tradición en el pueblo. En Semana Santa se celebra un campeonato internacional puntuable para el Campeonato del Mundo.
Las playas y el puerto del pueblo están unidos por un bonito paseo con unas vistas preciosas. Los atardeceres aquí son alucinantes. Recorriéndolo nos encontraremos con una piscina de agua salada para uso público construída en una antigua cetárea.


Más adelante, siguiendo el paseo, nos encontramos con el Mirador de "Os Cañois", desde donde hay buenas vistas del puerto, del faro y de gran parte de la costa occidental asturiana y oriental lucense. Antes había aquí varios cañones que servían para defender la villa de posible saqueos. Aún se conserva un cañón.


Y llegamos al pequeño, coqueto y concurrido Puerto, con sus bares y restaurantes con terrazas. Yo aquí tengo debilidad por un bar llamado El Faro. Siempre me tomo en su terraza unas cañitas con sus cacahuetes escuchando el blues que suena de fondo, si preferís entrar, dentro tiene unas fotografías chulísimas. Una bebida que es muy típica en el pueblo son las caipirinhas.


Muy cerca del Puerto está el Faro Isla de Tapia, con casi siglo y medio de antigüedad está situado sobre un islote unido a tierra por un dique.



Vista del pueblo desde el dique del Faro
Volviendo del Faro se puede subir hasta la Ermita de San Blas, que fue levantada en el siglo XVI. Desde allí se puede bajar otra vez hasta el Puerto viendo las estrechas callejuelas del barrio pescador de San Blas y sus casas con azulejos al lado de sus puertas, con la imagen de la Virgen del Carmen (patrona de los marineros) a la que veneran. El día 16 de Julio, Día del Carmen, se lleva en procesión a la imagen de la Virgen, se hacen hermosas alfombras florales y los barcos hacen sonar sus sirenas.
Desde el Puerto también podemos subir hasta la Plaza de la Constitución, donde está el Ayuntamiento y la Iglesia de San Esteban, de estilo neogótico, y unos metros más abajo está el Caserón de Reguero, del siglo XVII, hoy Casa de Cultura y lugar donde se encuentra la Oficina de Turismo.



Yo suelo llevar la comida y comer sentado en los acantilados viendo el paisaje y el romper de las olas contra las rocas (si decidís hacer lo mismo, por favor, recordad llevar bolsa para los desperdicios y depositarla en un contenedor o papelera ), pero en esta ocasión comí en el Restaurante A Fonte al lado del Puerto. Había menú único por 12 € (por la semana son 8 € pero ese día era domingo), ensalada de gulas y gambas, fabada y un riquísimo y abundante arroz con leche, el café fue 1 € más.
Normalmente antes de bajar otra vez a la playa me tomo un café en el Home Marin leyendo la prensa, es una moderna cafetería justo al lado del restaurante del que os acabo de hablar.
Para hacer noche hay varios hoteles y apartahoteles, y al otro lado de la Playa de Anguileiro, cerca de una urbanización está el camping.
Cerca de la villa hay lugares muy interesantes para visitar como Castropol, Ribadeo y la famosa Playa de las Catedrales.

martes, 6 de agosto de 2013

ALBARRACÍN

El día 12 de junio Sita y yo llegamos a la última parada en nuestro viaje a Cuenca, Teruel y Albarracín. ya pasaban de las 20 horas, así que antes de nada fuimos a instalarnos en el hotel donde habíamos reservado con Booking.com, el Mesón del Gallo, situado justo antes del túnel que pasa por debajo del casco histórico, es decir muy bien ubicado. Por 35 € noche tuvimos una habitación muy cuca, con vigas y muebles de madera que le daban un toque rústico muy acogedor. El baño era completamente nuevo, y tenía calefacción, TV de pantalla plana, nevera y un pequeño balconcillo. Justo enfrente hay un aparcamiento público. La dueña, muy amable, servía un desayuno por 2,5 € que consistía en café o Cola Cao con tostadas, mantequilla y mermelada, galletas, magdalenas y zumo de brick. Hubo gente que tuvo que salir de viaje muy temprano y ella se levantó igual para preparárselo. Lo único negativo es que la conexión wifi no nos funcionó, y es importante indicar que para llegar a las habitaciones no hay ascensor, aunque el número de escaleras que hay que subir no es muy numeroso. Nosotros en caso de volver a Albarracín repetiríamos sin dudarlo, y es que además de todo lo que he dicho hasta ahora, tenía estas vistas desde el balcón.


Si os gusta la acampada tenéis un camping en la parte más nueva y llana de la localidad.

Albarracín es una localidad de poco más de 1000 habitantes, y que está en el suroeste de la provincia de Teruel, a 28 Km de la capital. Es Monumento Nacional desde 1961, y está propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad. El casco antiguo está construido sobre una colina rodeada casi en su totalidad por el río Guadalaviar, formando un profundo tajo que junto a sus formidables murallas (salvando las distancias recuerdan a la Muralla China) eran una buena defensa de la ciudad.


Vista desde las murallas
Es una gozada perderse por sus estrechas callejuelas empedradas con sus empinadas cuestas y sus escaleras, viendo bonitas puertas y picaportes o sus balcones típicos de forja.


Como monumentos más destacables están la Iglesia de Santa María, la Catedral, el Palacio Episcopal, las murallas y sus torres, y el castillo, aunque todo Albarracín es en sí un monumento. La subida a las murallas se hace por un pequeño camino de tierra. También puedes visitar el Museo del Juguete. Tanto la Fundación Santa María como la empresa el Andador hacen visitas guiadas.

Hay varios aparcamientos públicos en las cercanías del río Guadalaviar, y la oficina de turismo está en la entrada de la ciudad, y allí trabaja una chica amabilísima que se desvive por facilitar las cosas a la gente y atenderla de la mejor forma posible. Rodeando al casco antiguo hay un paseo fluvial muy recomendable y relajante que tiene dos puentes colgantes.


El tema de la hostelería nos llamó mucho la atención. Parece ser que hay 37 locales que se dedican a ello, pero no sé si por la época del año o por no ser fin de semana, muchos de ellos estaban cerrados. Ni se os ocurra querer cenar más tarde de las 11, y a partir de las 10 y media tendréis problemas para encontrar algo abierto, nosotros vimos a una pareja joven que a esa hora pidió dos cervezas y ya se las tuvieron que tomar fuera. La primera noche cenamos en la Tasca Azagra, es un pequeño lugar donde comimos dos menús de comida sencilla con postre y café por 10 € cada uno. Otra noche cuando ya estábamos desesperados pensando que nos iríamos al hotel sin cena (pasaban de las 10:30), nos rescataron en el Restaurante Alcazaba (según nos contó le pasa a menudo), el sitio es bonito y la atención inmejorable, nos explicaron como se hacían y que llevaban todos los platos de la carta. Al final cenamos jerigota, migas, pollo, conejo, yogur casero, flan de café y dos cafés por 38 € en total, y al final nos regaló un librito sobre los parques culturales de Aragón. También comimos unos bocatas y helados en El Casino, si sois de Castellón podéis hacer patria visitándolo, el dueño es vecino de allí e hincha del Villarreal como se puede ver por la camiseta firmada que tiene enmarcada.
Nos quedamos con las ganas de tomarnos algo en el Molino del Gato que tanto recomiendan en algunos foros, pero estaba cerrado.

El entorno de Albarracín también es impresionante, nosotros vimos:

El Nacimiento del río Tajo. En realidad nace un poco más arriba, pero aquí colocaron el monumento a su nacimiento representando al propio río, y a las provincias que atraviesa en su curso alto (Teruel, Cuenca y Guadalajara). Es un bonito lugar con campo, bosque, un merendero, y una pequeña lagunilla llena de ranas que croan sin parar.


La sima de Frías de Albarracín, es un hundimiento del terreno de 80 metros de diámetro y casi 60 de profundidad, y que está entre Frías de Albarracín y el Nacimiento del Tajo.


El Pinar del Rodeno, a 4 Km de Albarracín. En él hay un merendero y una ruta por la que dar un agradable paseo viendo pinturas de arte rupestre levantino que están distribuidas por la zona. Llaman la atención también las numerosas y  grandes piedras rojizas (rodeno) que componen el paisaje y que dan ese característico color a las edificaciones de Albarracín.

Refugio de resineros en el Pinar del Rodeno

Cascada Batida de Calomarde, poco antes de llegar a este pueblo nos encontramos con esta preciosa cascada. Justo al lado hay un área recreativa.


Cañón de los Arcos en Calomarde, está justo al pasar el pueblo a la derecha. Es un cañón excavado por el río Blanco a lo largo de los años. Se recorre por un camino que va paralelo al río. En las paredes hay varias cuevas.

Como veis tanto en Albarracín como en sus alrededores sobran cosas para ver, y aún daría más de sí con algo más de tiempo, nosotros sólo pasamos dos noches y un día. Me quedaron muchísimas ganas de verlo en invierno, nevado tiene que ser precioso.